¿Qué pasa si siempre conduces con el tanque en reserva?
Seguramente te ha pasado: vas con prisa, el indicador de gasolina está casi al límite y piensas “todavía aguanta un poco más”. Conducir con el tanque en reserva parece inofensivo, pero lo cierto es que hacerlo con frecuencia puede provocar daños costosos y acortar la vida útil de varios componentes del vehículo.
Mantener el tanque con poca gasolina no solo pone en riesgo tu seguridad, sino también el buen funcionamiento del motor y del sistema de combustible. A continuación, te explicamos por qué es importante evitar este hábito y qué consecuencias puede tener.
1. El sedimento del fondo del tanque puede dañar el sistema
Con el tiempo, los tanques de gasolina acumulan pequeñas partículas, residuos y sedimentos que se asientan en el fondo. Cuando conduces con el tanque en reserva, la bomba de combustible succiona esa parte baja del depósito, llevando impurezas al sistema.
Esto puede provocar que los inyectores se tapen, que el filtro de gasolina se obstruya y que el motor pierda potencia o comience a fallar. Reparar o limpiar estos componentes no siempre es económico, y lo peor es que el daño puede repetirse si el hábito continúa.
2. Riesgo de sobrecalentamiento de la bomba de gasolina
La bomba de combustible es un componente eléctrico que se encuentra dentro del tanque, y su enfriamiento depende directamente de la gasolina. Cuando el nivel es muy bajo, la bomba no recibe la refrigeración necesaria y empieza a trabajar con mayor esfuerzo, elevando su temperatura.
Si esto ocurre con frecuencia, la bomba se desgasta prematuramente, puede fallar y requerir reemplazo. Y sí, es una de las piezas más costosas del sistema de combustible.
3. Puede afectar la lectura del sensor de nivel de combustible
Conducir constantemente con el tanque vacío también puede alterar el funcionamiento del sensor de nivel, el cual se encarga de mostrar cuánta gasolina tienes. Este componente está diseñado para trabajar en contacto constante con el combustible; si se seca con frecuencia, puede oxidarse o dañarse, provocando lecturas inexactas o falsas alarmas.
4. Mayor riesgo de quedarte varado
Aunque parezca obvio, manejar en reserva aumenta el riesgo de quedarte sin gasolina en el peor momento: en medio del tráfico, en una zona sin estaciones cercanas o incluso en carretera. Además del inconveniente, puede representar un peligro real, especialmente si el vehículo se detiene en un lugar con poca visibilidad o sin espacio para orillarse.
5. El consumo puede ser menos eficiente
Cuando el tanque está casi vacío, el motor puede recibir una mezcla de aire y combustible menos estable, lo que afecta el rendimiento y el consumo. Es decir, aunque creas que estás “ahorrando”, en realidad podrías estar gastando más.
6. Buenas prácticas para cuidar tu sistema de combustible
Evitar estos problemas es muy sencillo. Solo necesitas adoptar algunos hábitos:
- No dejes que el tanque baje de un cuarto de su capacidad.
- Verifica periódicamente el estado del filtro de gasolina.
- Utiliza combustibles de buena calidad.
- Realiza mantenimientos preventivos y revisiones del sistema de inyección.
Un vehículo con un sistema de combustible limpio, sin sedimentos ni obstrucciones, mantiene su rendimiento óptimo, gasta menos y tiene una vida útil mucho más larga.
Conducir con el tanque en reserva puede parecer algo insignificante, pero sus efectos acumulativos pueden representar un gasto considerable y afectar el desempeño general del automóvil. Mantener siempre un nivel adecuado de combustible no solo protege tu motor, también garantiza tu seguridad y tranquilidad al conducir.
Si notas fallas al acelerar, ruidos inusuales o dificultad para encender tu auto, podría ser señal de que la bomba o el sistema de combustible ya presentan desgaste.
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